Alguna vez habrás notado que ciertas partes de tu rostro son más
grasosas que otras, o tal vez al maquillarte haz sentido tu piel tostada y
acartonada. Esto puede deberse al tipo de piel que tengas. Es importante
identificar cual es la tuya para poder hacer uso de los productos y cuidados
adecuados.
El tipo de piel se determina genéticamente. Sin embargo, su estado puede
variar al estar expuesta a diversos factores internos y externos. A
continuación profundizaremos en los cuatro tipos de piel existentes: normal,
seca, grasa y mixta:
Piel normal: Es una piel bien equilibrada, no es demasiado grasa ni demasiado
seca. Aunque la zona T (frente, mentón y nariz) puede ser algo grasa, el sebo y
la humedad globales están equilibrados y la piel no es demasiado grasa ni
demasiado seca. Podemos identificarla porque es una piel de poros finos, de
textura aterciopelada, suave y lisa, fresca y con ausencia de
impurezas.
Piel seca: Es un tipo de piel que produce menos sebo que la
piel normal. Podemos identificarla al percibir la piel tirante, áspera y
opaca. Existen varios tipos de piel seca:
La piel ligeramente seca puede percibirse
tirante, frágil y áspera y tiene un aspecto apagado. La elasticidad cutánea es
también débil.
En la piel muy seca si la resequedad no es
tratada, la piel puede presentar descamación leve o consistencia laminosa en
parches. Es de aspecto áspero o lleno de manchas (en ocasiones parece
envejecida prematuramente). Da sensación de tirantez y posible picor. Es
también más sensible a la irritación, el enrojecimiento y el riesgo de infección.
La piel
extremadamente seca en ciertas zonas corporales - especialmente
manos, pies, codos y rodillas son más propensas a tener un aspecto cuarteado
con tendencia a formar grietas, callosidades, descamación y picor frecuente.
Piel grasa: Es un tipo de piel con alta producción de sebo. Cierto número de
situaciones desencadenan la hiperproducción de sebo algunas de ellas son de
genética, por cambios y desequilibrios hormonales, por medicación, por estrés o
por el uso de cosméticos comedogénicos (productos para maquillaje que causan
irritación). La piel grasa se caracteriza por tener los poros agrandados,
claramente visibles, brillantez, piel engrosada y pálida: los vasos sanguíneos
pueden no ser visibles.
Piel mixta: Como su nombre lo indica, es una piel que consta de una mezcla de
tipos de piel que varían en la zona T y en las mejillas. Se caracteriza por
tener la zona T grasa (frente, mentón y nariz), los poros son agrandados en
esta zona, tal vez con algunas impurezas. Las mejillas suelen ser entre
normales y secas. Las partes más grasas de la piel mixta se deben a una
hiperproducción de sebo. Las partes más secas de la piel mixta se deben a una
falta de sebo y al correspondiente déficit de lípidos.
Al
contrario que el tipo de piel, el estado de la piel puede variar
considerablemente durante el curso de la vida. Entre los numerosos factores
internos y externos que determinan el estado de la piel se destacan el clima,
la contaminación, la medicación, el estrés, y algunos factores hereditarios que
influyen sobre los niveles de sebo, sudor y factores hidratantes naturales que
produce la piel, así como los productos que utilizas y las opciones para el
cuidado de la piel que estés usando.
Recomendaciones:
Procura seleccionar productos para el cuidado de la piel que se adapten
a tu tipo de piel que ayuden a tratar y/o controlar el estado de la misma. Por
otro lado, haz uso de productos antienvejecimiento para reducir el aspecto de las
arrugas. No olvides el uso del protector todos los días.